Reflexiones en la selva

sábado, 23 de enero de 2010

Moka


Me acerqué como siempre, como últimamente lo hacía. Sereno esperaba sin ni si quiera molestarse en abrir los ojos. Dormido. Una respiración tenue, como si no quisiera entorpecer el aire que delante de su hocico pasaba. Él sabia que era yo, no le hizo falta ladear sus orejas ni tan si quiera para identificar el sonido que mis pasos producían sobre las hojas secas.
El viento, impregnado de un otoño que se moría a pasos agigantados, le llevó un mensaje: “Estoy aquí”.


-------------

“Que una mirada es suficiente para ahorrar toda una retahíla de explicaciones, que sirviendo, son insulsas y monótonas. Pudiendo hablar con miradas, que se ahoguen las palabras. Aun así, rescatar las justas, por si en el camino, despistados un segundo, podemos volver atrás y rescribir guiones que nunca debieron existir.”

martes, 12 de enero de 2010

Quien pueda hacerlo




Esta es la historia de cuatro personas que se llamaban Cadauno, Alguno, Cualquiera y Ninguno.

Había que hacer un trabajo importante y se pidió a
Cadauno que lo hiciera.

Cualquiera
estaba seguro de que Alguno lo haría, pero Ninguno lo hizo.

Alguno
se molestó a causa de ello, porque era el trabajo de Cadauno. Cadauno pensó que Cualquiera podía hacerlo, pero Ninguno se dio cuenta de que Cadauno no lo había hecho.

Al final resultó que Cadauno riñó a Alguno, cuando Ninguno hizo lo que, en realidad, Cualquiera podría haber hecho.

¿Es éste nuestro planteamiento?

sábado, 9 de enero de 2010

Como agua para el chocolate



Son momentos mágicos

Que te acerques con aire vacilante

Que confíes en mi aun inseguro a cada paso

Que entornes en cada mirada un gesto de curiosidad, “¿Voy?” me preguntas. “¡Corre!” te apresuras.


........................................·.·.·........................................

Y por más que se intenta los ojos siguen agrietados de la escarcha. La respiración sigue un compás tan tenue que dudo si sigue conmigo o decidió dejar de latir inspiraciones atrás. ¿Cuando has sentido tanto frio? Le pregunto. ¿Alguna vez creíste que el frio podía hacer tiritar hasta tus párpados? Se giró hacia mi. Me miró con una mueca que parecía tener una cálida sonrisa bajo toda esa gélida capa. “A mi tampoco me gusta verte tiritar” Se acercó y mantuvimos ambos cuerpos unidos, intentando capturar cada una de las cálidas ondas que podíamos estar emitiendo el uno hacia el otro. Quizá mis hondas se perdían por el camino, no sé, pero las suyas llegaban perfectamente, como un apacible sol de invierno.

------////////--------

De trobadores de contenedor!

domingo, 3 de enero de 2010

Un eco que se oye


Dicen que somos aquello que vivimos…
Dicen que somos aquello que sentimos…
Aun más dicen que somos el resultado de nuestros recuerdos…
Y de aquello que esperamos vivir.


Siempre he pensado que cuando alguien ha hecho algo descabellado ha tenido una razón suficiente y convincente como para seguir con ello, aun pensando que aquello no tendría lógica ninguna.
--------------------------------------------------------
Que nada se desvanece tanto como para perderse, que todo se queda donde lo anclamos, y cuando decidimos, se marcha...